Si no es recíproco, no es vínculo…Es dependencia, idealización o un modelo parasitario.
Los vínculos humanos se construyen en doble vía: dar y recibir, hablar y escuchar, cuidar y ser cuidado. Cuando solo uno sostiene, busca, insiste o ama, no estamos hablando de un vínculo sano, sino de una forma de desequilibrio emocional que desgasta, confunde y muchas veces, duele.
Un vínculo verdadero implica reciprocidad: no perfecta, pero sí presente.
Cuando solo uno se involucra, lo que hay no es conexión, es carga.
Cuando solo uno cede, lo que hay no es amor, es sometimiento.
Cuando solo uno alimenta la relación, lo que hay no es construcción, es desgaste.
Y si a eso le sumamos el miedo a soltar, la necesidad de aprobación o el deseo de ser “necesario” para el otro, corremos el riesgo de normalizar relaciones tóxicas o de convertirnos en parte de un sistema parasitario: uno da todo, el otro solo recibe.
Amar no es aguantarlo todo.
Vincularse no es desaparecer para que el otro esté bien.
Relacionarse sanamente es compartir lo que somos, no entregarlo todo.
Si no hay reciprocidad, tal vez no sea amor…
Tal vez sea momento de revisar qué estás dando, por qué, y a cambio de qué.
#VínculosSanos#ReciprocidadEmocional#PsicologíaConSentido#RelacionesConscientes#NoTodoEsAmor#AutocuidadoEmocional#DependenciaNoEsAmor#AmarEsCompartirNoPerderse