En la memoria tienes el recuerdo de algunas historias de tu vida, algunas son alegres, otras tristes, algunas más, complejas de definir. ¿Te has detenido a pensar cómo las experiencias impactan en la forma en que te relacionas con los demás hoy? Es cierto que no podemos cambiar los hechos sucedidos, pero sí tenemos el poder de elegir la manera en que interpretamos y reaccionamos ante ellos.
Las experiencias que vivimos a lo largo de nuestra vida, nos van transformando. Sin embargo, a menudo olvidamos que no es lo que pasa, sino la manera en que interpretamos y respondemos a ello, lo que realmente moldea nuestro presente y futuro. Las percepciones y emociones influyen enormemente en la forma en que nos relacionamos con el entorno, tanto a nivel personal como profesional.
El mundo es una constante elección, es afirmativo que: “No puedo hacer NADA con lo que pasó, pero soy absolutamente responsable de la forma como lo veo, lo vivo y respondo ante ello”. Se presenta como un recordatorio de que, por más que intentemos, el pasado no se puede cambiar. Sin embargo, lo que sí está en nuestras manos es la actitud y respuesta que decidimos adoptar.
- Viktor Frankl , en su obra “El hombre en busca de sentido” , señala que, incluso bajo circunstancias extremas, el ser humano conserva la libertad de escoger su reacción. Esa capacidad interior puede traducirse en resiliencia, creatividad y, sobre todo, en la construcción de un nuevo sentido de vida.
Cómo cultivar una respuesta consciente
- Tómate un momento : Antes de reaccionar, respira y considera las posibles consecuencias de tus acciones.
- Analiza el aprendizaje : Pregúntate qué enseñanza positiva puedes extraer de cada dificultad.
- Actúa con coherencia : Alinea lo que dices con lo que haces.
Tal y como sugiere Viktor Frankl, el verdadero poder reside en esa pequeña fracción de libertad que tenemos para elegir nuestra actitud ante lo que ya ocurrió. No encontramos en todo momento situaciones fáciles de traducir o de encontrar la variable de aprendizaje, más todas las tienen, por lo que el verdadero reto radica en vivir aprendiendo o sufrir por las adversidades que se presentan en el camino de la vida.