Vivimos en una sociedad donde la percepción parece que define la realidad. No importa cuán objetivo creamos ser, vemos a las personas y situaciones a través de nuestra propia historia, opinión, emociones y experiencias. Lo que sabemos de alguien no siempre es lo que es, sino lo que nos han mostrado o lo que hemos querido ver, esto sin descartar que, eso que vemos en tan parcial como nuestra percepción.
Es por eso, cuando escuchamos una versión de la vida o de la conducta de alguien, debemos preguntarnos: ¿Es esta la verdad absoluta o solo una percepción personal?, ¿Es lo que es, o es lo que vez?
Cada persona con la que interactuamos obtiene de nosotros lo que está dispuesta a recibir o lo que su propia historia le permite interpretar. Esto no significa que «la gente cambie» según quien la mire, sino que cada relación genera una dinámica única, irrepetible, basada en expectativas, experiencias previas y maneras particulares de comunicarse. En muchos casos, se refiere hasta la forma como las personas aprenden a coincidir o competir en relación.
En psicología y neurociencias, sabemos que el cerebro filtra la información según nuestros sesgos, vivencias y creencias. Dos personas pueden interactuar con el mismo individuo y salir con impresiones opuestas. De hecho, de un mismo momento, distintas personas pueden tener percepciones opuestas o disimilas entre sí. ¿Quién tiene la razón? Ambos y ninguno. Cada quien experimentó una faceta distinta de la misma realidad. Al final, la combustión se presenta entre las personas, sus esencias y lo que cada uno aporta, el todo se da en el intercambio.
En redes sociales y en la vida cotidiana, es común encontrar opiniones radicales sobre una persona o situación. Sin embargo, en lugar de discutir sobre quién tiene la razón, vale la pena cuestionarnos qué vivió esa persona para llegar a esa conclusión, cómo lo vivió, o cuál es su referencia y recuerdo del caso.
Si alguien tiene una imagen negativa de alguien que tú consideras positivo (o viceversa), no significa que uno de los dos esté equivocado. Significa que ambas perspectivas existen. El limón en azúcar y agua fría puede ser una bebida refrescante. La misma mezcla con sal podría funcionar como un suero, pero poco aceptado si el consumo es por gusto.
Antes de aceptar o rechazar una opinión, pregúntate:
✔️ ¿Desde qué contexto se dice esto?. ¿Lo viste, lo viviste o te lo contaron?
✔️ ¿Cuáles fueron las circunstancias que llevaron a esa percepción?, ¿Existe un desacuerdo?.
✔️ ¿Estoy viendo la historia completa o solo una parte?
No podemos dejar de lado que: «Nadie da lo que no tiene o no conoce, y nadie recibe lo que no provoca o merece… salvo excepciones». Esto significa que las relaciones humanas son intercambios constantes. La manera en que alguien nos trata muchas veces refleja lo que proyectamos o lo que permitimos en nuestra interacción. De manera natural, hay personas con las que tenemos cercanía, proximidad y apego, así como atrás con las que tenemos poco apego, proximidad y somos no afines. Ni bueno, ni malo, solo que, nuestra respuesta está supeditada a cómo percibimos a las personas.
Esto no quiere decir que las personas “se lo busquen” cuando sufren injusticias o maltratos, pero sí que la mayoría de nuestras interacciones están marcadas por la manera en que nos relacionamos con los demás. No es culpa de nadie, corresponde a una responsabilidad colectiva. Si sembramos respeto, es probable que lo recibamos; Si sembramos desconfianza, encontraremos más razones para temer.
Antes de dar por cierta una versión de la realidad, es importante mirar más allá de la historia que nos cuentan . La percepción no es la verdad, solo una interpretación de los hechos.
La próxima vez que alguien hable de otra persona, recuerda:
🔹 No todas las experiencias son iguales.
🔹 La verdad depende del punto de vista.
🔹Cada relación genera una dinámica única.
No te detengas solo en la versión que escuchas: observa quién la dice, desde dónde la dice y por qué la dice. Al final, todos somos espejos de nuestra propia historia, construye tu historia, no compres historias de otros.
Muy cierto, me gusta…tqm
GRACIAS AMIGA POR SEGUIR MI TRABAJO